Volteo a ver el cielo

Frecuentemente me sucede que en algún momento del día volteo a ver el cielo, es algo automático, inherente a mí. Se construye una especie de comunicación no verbal entre esa masa de aire flotando sobre nuestras cabezas y mi mente. La respuesta va en gamas de colores blanco brillante al anaranjado (por las tardes); a veces azul, con o sin nubes... con o sin humo grisáceo.
Por la noche la esperanza de localizar algún punto luminoso en el cielo es aún más inquietante, saberme observado por la inmensidad del universo a través de esta gigantesca ventana; es como atravesar el umbral del tiempo y visualizarme de otro modo, más cercano a esos huevos luminosos de energía interconectados con la fuente a través de cordones o hilos de plata.
Luego pienso en la velocidad, en los límites terrenales y físicos de este tiempo donde fuimos implantados.

"El que no pueda guardar sus pensamientos, jamás sabrá analizar grandes cosas."

RDS