El universo en mi mente

Segun destacados científicos a nivel mundial, existen en nuestra galaxía cien mil millones de estrellas (100 000 000 000 000 000) ; y hay en el universo cien mil millones de galaxias. Entonces podemos decir que hay más estrellas en el universo que granos de arena en las playas de los mares de la Tierra.

Nuestra galaxia recibe el nombre de Vía Láctea debido a la forma de la imagen que generan las estrellas que la forman.
La galaxía más cercana a nuestro vecindario es Andrómeda, ubicada a 2.5 millones de años luz de distancia.

Todas las imágenes obtenidas por los telescopios espaciales como el Hubble son un viaje hacia el pasado en el tiempo. La luz que vemos de esas estrellas fue generada hace millones de años y desde entonces comenzó un viaje a través del universo hasta llegar a nuestros ojos.

Por poner otro ejemplo, la edad de nuestro sistema solar (planetas y sol) se calcula en unos 4 mil quinientos millones de años luz; en este contexto hay galaxias detectadas por nuestros ojos biónicos (teolescopios siderales) ubicadas a 14 mil millones de años luz. Están tan lejos como el origen del universo mismo. La imagen o luz que podemos captar de estas galaxias está viajando hacia nosotros incluso antes de que estuviera planeado que existiera nuestro sol. Son verdaderos viajes en el tiempo donde la luz ha recorrido una inmensa distancia, viajando a 300 mil kilómetros por segundo, todo este tiempo.

Esto me lleva a pensar que quizá el fin o destrucción del universo ya comenzó en aquel alejado rincón; ¿y si se tratara de una ola de destrucción o un gran hoyo negro que va deborando todo a su paso? tendríamos aún esos 14 mil millones de años para esperar nos alcance el fin.

Existen diversos cuerpos celestes con comportamientos y formas distintas, pero la inmensidad del espacio nos debe poner a pensar en lo irrelevantes que somos ante inteligencias superiores; los arquitectos del gran engranaje cósmico donde las distancias y el tiempo son relativos.

Mientras tanto sigamos complicándonos la vida con cosas banales y superfluas... volvamos a ver el cielo y entreguemos una lágrima por cada luna nueva como la de esta noche.

RDS