Otro día en la jungla

Ya el sol comienza a despegar, el trinar de pájaros se vuelve más intenso, allá afuera la fría mañana nos recuerda que el camino sigue siendo largo, intenso, lleno de cosas por descubrir, momentos por vivir y emociones por compartir.
Nada está escrito, el destino se traza con ideas claras, bases sólidas y experiencias proyectadas. No somos producto de la casualidad o el azar energético de una inteligencia necia y aburrida.
Estamos aquí con libre albedrío y decisiones sobre el sendero que dibujamos mentalmente cada amanecer como este.
Claro que se puede planear y construir toda una vida en un cuaderno de notas, o en un diario con sueños de niña y adolescente. Pero me pregunto: ¿qué hacer ante los cambios repentinos de rumbo?, ¿qué hacer al encontrar la muralla de lo no previsto, de lo desconocido e inimaginable?
Por fuerza debemos aventurarnos en un viaje sin tener todas las cuerdas amarradas, ya lo dice aquella frase: "tal vez no puedas cambiar el rumbo del viento, pero siempre puedes mover las velas"
Y heme aquí ajustando las velas de acuerdo a la brisa noctámbula, al deseo proyectado y a las condiciones del camino. Porque recordemos que también se puede hacer el camino al andar.
Como piedras rodantes chocamos unos con otros... los huevos luminosos de energía experimentando el más sabio aprendizaje de todos: aprender a ver.
He perdido el miedo a muchas posibilidades, he vivido algunas otras, pero los momentos de definiciones, de decisiones importantes, siempre tienen su lado oscuro.
Conocer y detallar la silueta de tu pareja cada noche entre las sombras, tomarte el tiempo de observar esos detalles, de asimilar las reacciones, de construir las ideas y compartir los momentos.
Estamos aquí, embarcados en el largo viaje a través del tiempo y el espacio, en un globo azul de gases tóxicos y líquidos letales.
El camino continúa escabroso y la próxima parada está a unos años. Por eso quiero vivir intensamente cada momento, cada espacio y gesto.
Construiré las bases del futuro en el ahora, y lo haré a propósito.

A seguir laborando en papeles virtuales del engranaje social.

RDS